J.K. Rowling, autora de la saga que marcó a una generación (y con la que amasó una fortuna millonaria), sigue atacando a la comunidad trans, pues acaba de crear un fondo anti-trans.
Después de haber metido más de 70 mil euros a un grupo anti-trans en Escocia, ahora salió con que va a lanzar su propio fondo privado: el J.K. Rowling Women’s Fund.
Según ella, es para defender los “derechos de las mujeres basados en su sexo biológico”, pero en la práctica eso significa dejar fuera a las mujeres trans y seguir alimentando discursos de odio disfrazados de “feminismo”.
La meta es financiar legalmente a quienes quieran mantener espacios, derechos y servicios solo para mujeres cis, excluyendo completamente a las personas trans, bajo el pretexto de que eso es “proteger lo femenino”.
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Y sí, todo esto lo hace con el dinero que sigue ganando gracias a Harry Potter, esa misma historia que enseñaba sobre amor, inclusión y pelear contra la injusticia. Ironic, ¿no?
Lo peor es que este anuncio llega justo después de que la Suprema Corte del Reino Unido reafirmara una definición retrógrada de género basada en el sexo asignado al nacer. Rowling, como era de esperarse, lo celebró como una victoria.
Mientras tanto, miles de personas trans en Reino Unido siguen viendo cómo se les niega el reconocimiento legal de su identidad y cómo voces con poder, como la de Rowling, siguen sembrando odio y exclusión, esta vez con su fondo anti-trans.
¿Cuántas veces más vamos a tener que decirlo? Los derechos humanos no se discuten. Se respetan.
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