
Después de meses de especulaciones, Michelle y Barack Obama pusieron fin a los chismes sobre una posible crisis matrimonial.
La pareja fue vista el pasado 27 de mayo saliendo de una cena privada en el exclusivo Hotel Lowell de Manhattan. Era la primera vez en semanas que se les veía juntos públicamente.
Este reencuentro sucede tras una larga racha de apariciones por separado que desataron versiones de distanciamiento, e incluso rumores de divorcio.
Rompen el silencio
Aunque ni Michelle ni Barack han hablado directamente de una “crisis”, ambos han abordado las tensiones familiares con franqueza en diferentes entrevistas.
“Estaba en deuda con mi mujer”, admitió Obama en abril, reconociendo el esfuerzo por reconectar tras dejar la Casa Blanca.
Mientras tanto, Michelle ha sido más directa y con su ya clásico humor: “Si tuviera problemas con mi marido, todo el mundo lo sabría”, dijo entre risas en el podcast The Diary of a CEO.
Además, reveló estar en terapia, no por crisis conyugal, sino por una nueva etapa de vida.
Con sus hijas ya fuera de casa, Michelle enfrenta lo que llama una “transición profunda”, una que está eligiendo abordar con autocuidado y apoyo profesional.
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DIEGO LEIZA
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