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Terror en la Antártida: Científicos atrapados piden rescate

Lo que parecía una misión científica en la Antártida se convirtió en una pesadilla.

Un equipo de investigadores sudafricanos, aislado en la base SANAE IV, pidió ayuda desesperadamente luego de que uno de sus compañeros perdiera el control y amenazara con matar a otro miembro del grupo.

Ubicada en Vesleskarvet, una zona donde las temperaturas caen hasta los -23 °C, la base es el hogar temporal de estos científicos que deben convivir en condiciones extremas durante meses.

Pero lo que nadie esperaba era que el peligro no viniera del entorno hostil, sino desde dentro de su propio equipo.

El llamado de auxilio que encendió las alarmas

El incidente salió a la luz cuando uno de los investigadores envió un correo electrónico urgente alertando sobre la crisis. En el mensaje, al que tuvo acceso The Times, el científico relató la escalofriante situación:

“Su comportamiento ha escalado a un punto profundamente perturbador. En concreto, agredió físicamente a [nombre reservado] y amenazó con matarlo. Vivo con miedo constante, preguntándome si seré la próxima víctima”.

El nivel de tensión dentro de la base es máximo, ya que la combinación de aislamiento extremo, el encierro y la oscuridad del invierno polar puede afectar la estabilidad mental de cualquier persona.

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¿Qué dicen las autoridades?

Dion George, ministro de Medio Ambiente de Sudáfrica, confirmó que la situación es crítica y que se está evaluando cómo actuar.

Según detalló, todo comenzó con un altercado verbal entre el líder del equipo y el presunto agresor, pero la discusión escaló a violencia física y amenazas de muerte.

“Imaginen lo que es estar en un lugar así, sin escapatoria, con temperaturas gélidas y completamente aislados. Puede ser desorientador y peligroso“, explicó el ministro.

A pesar del nivel de alarma, las autoridades decidieron no evacuar la base por el momento, alegando que el clima impredecible ya ha confinado al equipo dentro de las instalaciones.

Además, el presunto agresor habría aceptado someterse a una evaluación psicológica y habría mostrado remordimiento.

El aislamiento extremo: un factor de riesgo

La base SANAE IV en Antártida es una de las estaciones científicas más remotas del planeta.

Aunque antes de viajar todos los miembros fueron evaluados psicológicamente, la realidad es que vivir en un ambiente tan extremo puede afectar la estabilidad mental.

Las autoridades aseguran que seguirán monitoreando la situación, pero el temor dentro de la base es real: un científico ha cruzado la línea y sus compañeros temen que el encierro se transforme en un verdadero thriller de supervivencia.

DIEGO LEIZA

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