En 1982, Atari intentó aumentar el éxito de la película ET, el Extraterrestre, lanzando un videojuego basado en la icónica cinta.
Sin embargo, el juego lo desarrollaron en solo cinco semanas debido a la presión por lanzarlo antes de Navidad, dando como resultado un completo desastre: la jugabilidad era confusa y repetitiva, y los gráficos no alcanzaban las expectativas de los jugadores.
El fracaso fue tan grande que a miles de cartuchos no vendidos los enterraron en un desierto de Nuevo México, lo que contribuyó a la crisis de los videojuegos de 1983.
Este evento lo recuerdan los amantes de los videojuegos como uno de los momentos más bajos de la industria, que casi llevó a Atari a la quiebra.
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Años más tarde, este desastre se convirtió en leyenda cuando, en 2014, se desenterraron los cartuchos, confirmando el mito urbano.
Hoy, el videojuego de ET es considerado de culto, pero no por su calidad, sino por su lugar en la historia como uno de los mayores fracasos comerciales en la historia de los videojuegos.
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