En la delegación de Migración, ubicada en Parque de Poblamiento de Pachuca, Hidalgo, hay filas de haitianos, quienes tramitan su permiso para trabajar en México, pero se han encontrado con discriminación e ineficacia.
Jean, cuyo nombre lo modificamos, es parte de un grupo de alrededor de 50 migrantes de Haití, que llegaron a México hace un mes y tiene tres semanas en Hidalgo, sin poder obtener su permiso para laborar.
En entrevista con Subrayado nos narró que a diferencia de otros migrantes que tienen otro color de piel y que hablan español, personal de Migración en Hidalgo tiene prácticas de discriminación con los haitianos.
“Nosotros siempre estamos sufriendo con los de migración, no se si sea por el color de piel, es negro”, expresó.
Narró que con otros migrantes de piel clara, el personal esta “al tiro”, para darles sus permisos, pero a ellos les dicen siempre “venga mañana”, desde que llegaron.
“Lo único que nos dicen es la palabra, mañana, mañana y mañana”, aunado a que no les explican la negativa, simplemente los dejan esperando en la puerta, sin atenderlos.
“Estamos desesperados, pues no tenemos comida, ni dinero”, asimismo precisó que en su país su familia vive en extrema pobreza y no los pueden ayudar.
Contó a Subrayado que algunos de sus connacionales viven en casas de campaña en parques cercanos al Instituto Nacional de Migración (INM) y otros en cuartos que rentan, pero están hacinados.
La historia de Jean, quien desea quedarse en México y trabajar
Jean es originario de Puerto Príncipe, en 2015 salió de su país huyendo de la pobreza extrema y la violencia
Se fue a Chile, viajó -de raite y caminando- desde el país sudamericano a la frontera sur de México, tiene un mes y se quiere quedar.
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Llegó al sureste mexicano y allí personal del INM lo trasladó en un camión a la Ciudad de México y luego a Pachuca, pero aquí lo dejaron a él y otros haitianos.
“Quiero quedarme en México, no a Estados Unidos. Yo sé trabajar quiero trabajar, pero si no tengo el permiso, no puedo”, expresó.
Algunos mexicanos los apoyan
Mencionó que este trato diferenciado lo han notado en funcionarios, no en “civiles”, quienes los apoyan con dinero, agua y comida.
El agradece el apoyo, y espera que las autoridades le otorguen el permiso o la visa humanitaria para quedarse en México.
