
Sucedió en noviembre de 2001, unos meses después de los atentados del 11 de septiembre. Bush invitó a Putin a Estados Unidos, fue un momento clave en la diplomacia post-Guerra Fría, y tiene varios elementos curiosos que la hacen parecer sacada de una película.
Un paseo muy tejano
George W. Bush llevó a Vladimir Putin en su camioneta Ford F-250 para darle un tour informal por su rancho en Crawford, Texas, también conocido como Prairie Chapel Ranch.
Bush dijo que quería mostrarle “el corazón de América” a su homólogo ruso. Lo curioso es que Bush manejó él mismo, lo cual fue muy comentado por lo inusual del gesto en política internacional.
El “bromance” que sorprendió al mundo
Esta visita fue parte del intento de acercamiento entre EE.UU. y Rusia tras los atentados del 11S, cuando ambos países buscaban cooperación en la lucha contra el terrorismo.
Durante esa visita, Bush dijo la famosa frase: “Pude mirar a Putin a los ojos y ver su alma”, lo que generó todo tipo de reacciones y memes políticos con el paso del tiempo.
Putin, por su parte, habló de la “cálida hospitalidad” y dijo que esa visita fue clave para mejorar la confianza entre ambos líderes.

¿Por qué parece increíble hoy?
Porque la relación actual entre Rusia y Estados Unidos está marcada por la desconfianza y la tensión, sobre todo después de la invasión de Ucrania en 2022.
Por eso, imaginar a Putin relajado en Texas, tomando té helado con Bush y paseando por un rancho suena surrealista hoy en día.
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DIEGO LEIZA

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