Qué es el fenómeno de El Niño y su relación con los huracanes y la ola de calor
El fenómeno de El Niño tiene que ver con este clima que va de una racha de huracanes a la ola de calor que afecta a México y otros países.
Seguramente alguna vez has escuchado sobre el fenómeno de El Niño, y su relación con la ola de calor y la temporada de huracanes que se sienten en el planeta.
Tal vez hayas notado, que si bien por la mañana y en la noche ya se siente fresco, se siente mucho calor al mediodía y es precisamente por este efecto climatológico.
El fenómeno del niño tiene que ver con este clima que va de una racha de huracanes a la ola de calor que afecta a México y otros partes del planeta tierra.
Denominado como un fenómeno climatológico, El Niño, generalmente se presenta cada dos o siete años, con episodios que tienen una duración aproximada de entre nueve a 12 meses.
Y dependiendo de cada situación climática en los países, y se presenta en clima extremo, desde inundaciones, huracanes, tornados e incendios forestales.
Qué es lo que provoca el fenómeno del niño
Este patrón climático ocurre naturalmente asociado al calentamiento “más de lo normal” de las temperaturas de la superficie del océano Pacífico tropical, central y oriental, provoca una reacción impredecible a nivel climatológico, manifestándose de distintas formas.
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La Organización Meteorológica Mundial (OMM) dijo en un informe que existía una probabilidad del 98% de que, al menos en uno de los próximos cinco años, sea el más caluroso, superará el récord global.
En 2022, la temperatura media global estuvo aproximadamente 1.15 °C por arriba del promedio de 1850-1900 debido al enfriamiento de la Niña de triple inmersión.
Según el Economista, el fenómeno de El Niño suele generar un aumento de las precipitaciones en partes del sur de América del Sur, el sur de los Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central.
No obstante, lo malo es que puede provocar sequías severas en Australia, Indonesia, partes del sur de Asia, América Central y el norte de América del Sur.
