Ocho militares de las Fuerzas Especiales del Ejército murieron tras la explosión de un artefacto tipo mina en la frontera entre Michoacán y Jalisco, según información de fuentes federales. Inicialmente, se reportaron dos oficiales y cuatro soldados muertos durante una patrulla en un vehículo blindado de la Fuerza Especial de Reacción Inmediata (FERI) en la comunidad de El Santuario, en el municipio de Los Reyes.
Las autoridades confirmaron que el número de efectivos fallecidos ha aumentado, lo que representa una de las mayores pérdidas para el Ejército mexicano en el contexto de operaciones contra grupos criminales en la región. Se ha indicado que el Cártel Jalisco Nueva Generación ha estado involucrado en la utilización de exmilitares colombianos para la fabricación de explosivos artesanales.
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Las Fuerzas Especiales de la Defensa estaban en un vehículo blindado cuando se activó la mina terrestre. Posteriormente, dos helicópteros llegaron para trasladar a los heridos al hospital militar de Apatzingán.
Entre los fallecidos se encuentran el subinspector de la Guardia Nacional, Jovany R., y el subagente Jorge Alberto C., así como cuatro oficiales de tropa cuyos nombres no han sido divulgados. La Fiscalía de Michoacán no intervino en el caso, argumentando que no había un reporte formal de los hechos y que la jurisdicción corresponde al estado de Jalisco.
Por su parte, el gobierno estatal expresó su solidaridad con la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional ante estos acontecimientos. Además, ofreció “su apoyo”, asimismo “pone a su disposición a las corporaciones de seguridad estatales” para participar en las investigaciones correspondientes.
ARIEL HERNÁNDEZ
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