En la costa de São Paulo, Brasil, existe un territorio misterioso y letal conocida como Ilha de Queimada Grande, o más popularmente conocido como: La Isla de las Cobras.
Este lugar, que parece sacado de una pesadilla, es considerado el más peligroso del mundo, prohibido para los humanos por decreto del gobierno brasileño.
A 33 kilómetros del litoral paulista, emergiendo del Atlántico, esta isla es hogar exclusivo de la temida Bothrops insularis, una especie de serpiente que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta.
Con un cuerpo de hasta 70 centímetros de longitud y una coloración marrón-amarillenta, estas serpientes representan una amenaza mortal. Se estima que hay una por cada metro cuadrado de la isla.
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Las autoridades han cerrado la isla al público debido a la letalidad de sus habitantes. La Bothrops insularis posee un veneno cinco veces más potente que sus parientes continentales.
Sus mordeduras pueden causar necrosis, hemorragias y falla renal, además de poder derretir la carne humana. Sin embargo, este veneno también contiene propiedades medicinales utilizadas en tratamientos para la hipertensión y enfermedades cardíacas.
¿Cómo se alimentan? Las serpientes han adaptado sus habilidades de caza para capturar aves migratorias, trepando árboles con agilidad y perfeccionando su veneno para abatir presas más grandes. La densidad de estas víboras y su peligrosidad han hecho de la isla un lugar inhabitable para los humanos.
Peligro de extinción
La leyenda local cuenta historias macabras sobre los antiguos fareros de la isla. Según estas narraciones, numerosos fareros y sus familias perecieron debido a las mordeduras de las serpientes antes de que el faro se automatizara en la década de 1920.
Algunos mitos hablan de intentos fallidos para erradicar las serpientes mediante incendios, los cuales solo demostraron la resiliencia de estos reptiles.
Hoy en día, la Isla de Queimada Grande permanece cerrada y bajo estricta vigilancia, no solo para proteger a los humanos, sino también para conservar a esta especie única en peligro crítico de extinción.
Pese a su peligrosidad, la Bothrops insularis es buscada en el mercado negro, donde se pagan sumas exorbitantes por un ejemplar. La caza furtiva y la endogamia han reducido drásticamente su población, poniendo en riesgo su existencia.
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