Dejemos de formar robots y mejor formemos humanos en seguridad pública

A lo largo de los últimos años, los ciudadanos nos hemos quejado de cómo se encuentra el sistema de seguridad pública en México.

Sin embargo siempre repetimos los mismos patrones de solución, la misma forma de capacitación para quienes quieren ser parte en este ámbito tan importante.

Nos hemos dado cuenta que actualmente no tenemos  los resultados que todos esperamos…

El problema no son los modelos de seguridad implementados, las estrategias de prevención o el combate al delito, el problema está en que no es atacado de raíz por quienes están al frente.

Siendo al Estado desde sus tres ejes  Federación, Estados y Municipios. 

Esto es, como se están formando a los nuevos integrantes, como son tratados en el interior de sus academias e instituciones.

¿Realmente les están generando una cultura de legalidad, de conciencia y respeto a los derechos humanos?

Porque esa es la base para que ellos salgan a brindar sus servicios a la ciudadanía y repliquen lo aprendido en sus instituciones de seguridad. 

Lamentablemente es lo contrario, el Estado esta formando personal ROBOTS que solo reciben ordenes y deben cumplirlas, sean buenas o malas, legales o ilegales.

Les venden la mala de idea de que por el hecho de ser policías, guardias nacionales o servidores de una institución de seguridad pública no tienen derechos, no tienen descansos o son cuando su superior les dicte y mucho menos gozan de días feriados.

Cuando los cambian de lugar de adscripción, en ocasiones los alejan de sus familias y en dado caso que se los lleven consigo, los hijos son los más perjudicados por la inestabilidad.

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Siguiendo un parámetro de una total falta de empatia para los trabajadores de estos sectores. 

El resultado…

Con lo anterior jamás mejorara la seguridad pública, porque al formar robots y no humanos estamos formando gente resentida, enojada, amargada y frustrada.

Desde luego quienes terminarán pagando por todo ello son los ciudadanos quienes también tenemos derecho a tener una adecuada seguridad pública.

Por ende no hay que olvidar que los integrantes de las instituciones de seguridad pública son seres humanos que tienen familias, casas, costumbres y desde luego también DERECHOS HUMANOS.

No deberían estar a decisión o capricho de ningún jefe o superior, tienen derecho a una jornada laboral que les permita compartir, descansar, disfrutar y vivir bajo una estabilidad laboral. 

Si realmente se respetarán plenamente sus derechos laboralestendríamos servidores públicos felices, empáticos, comprometidos con su trabajo, sin resentimientos y esforzandose diariamente a la realización de los derechos de todos, y por ende mejoraría considerablemente el servicio de la seguridad pública en México.

MTRA. ERIKA DIANA IBARRA SILVA

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