Confirman nuevo relleno sanitario en Valle de Tulancingo
El proyecto será ubicado en los límites territoriales de Singuilucan con Epazoyucan
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La construcción de un nuevo relleno sanitario en el Valle de Tulancingo ya está confirmada.
Este proyecto, ubicado en los límites entre Singuilucan y Epazoyucan, servirá para manejar residuos sólidos urbanos y podría recibir basura de varios municipios, incluida la capital del estado, Pachuca de Soto.
La alcaldesa de Singuilucan, Yazmín Dávila, confirmó la existencia del proyecto y detalló que este abarcará cuatro comunidades: Tecoaco y Jalapilla (Singuilucan), y Ocote Chico y El Mercillero (Epazoyucan).
Señaló que, aunque la iniciativa es privada, su administración apenas fue notificada formalmente hace 10 días y aún revisa la información proporcionada por la empresa operadora.
El relleno sanitario en el Valle de Tulancingo tendrá celdas para disposición final de residuos, una planta de tratamiento de desechos sólidos urbanos, un área para almacenamiento de lixiviados, un espacio para producción de biofertilizantes, un centro de separación de residuos y un vivero.
Sobre la legalidad del proyecto, Dávila afirmó: “Es un proyecto privado que ya lleva tiempo, me atrevería a decir que un par de años. La empresa se está encargando de sacar todos los permisos pertinentes, ya cuentan con los federales y se están tramitando los estatales (…) la empresa de buena fe nos compartió la información, la estamos analizando, pero nosotros entramos hasta la licencia de funcionamiento, que daremos o no pues dependiendo de los permisos y la factibilidad que determine el gobierno del estado en su momento”.
Cabe destacar que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) otorgan los permisos federales en este tipo de proyectos, mientras que los permisos estatales dependen de la normatividad local.
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Inquietudes y oposición social
El anuncio generó inquietud entre los habitantes de Epazoyucan, quienes en redes sociales expresaron su preocupación por la falta de permisos ambientales ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
En respuesta, Dávila llamó a la calma y aseguró que el proyecto cumple con las regulaciones necesarias.
“No lo veo como un proyecto ilegal, tengan la confianza y la certeza de que el gobierno federal y el gobierno estatal, si van a emitir permisos, es porque seguramente la empresa está contando con todas las normas necesarias para poder establecer una industria de este tipo. En el caso del municipio, tengan la certeza de que nosotros no vamos a emitir nada sin que tengamos toda la documentación necesaria que dé el respaldo legal, ambiental y de salud”.
El relleno sanitario del Valle de Tulancingo operará como un centro regional de disposición de residuos, similar al que la empresa Veolia gestiona en Santiago Tulantepec. Según la alcaldesa, la empresa responsable del proyecto ya mantiene conversaciones para recibir desechos de Pachuca de Soto.
Dávila reiteró que su administración no otorgará licencias de funcionamiento hasta que la empresa demuestre que el proyecto cumple con los requisitos ambientales y legales.
“Sepan que el municipio de Singuilucan y Epazoyucan estamos trabajando conjuntamente, hay disposición de la empresa y del gobierno del estado para escuchar todas las inquietudes. Hoy el municipio no ha emitido ni emitirá (permisos) hasta que no se tenga toda la certeza de que esto no causará perjuicio”.
¿Cómo funciona un relleno sanitario?
A diferencia de los basureros a cielo abierto, los rellenos sanitarios deben cumplir con estrictas regulaciones ambientales.
Según la Norma Oficial Mexicana (NOM) 083, estos sitios requieren estudios de impacto ambiental, geológicos y de mantos freáticos. También deben realizar monitoreos semestrales para evitar la contaminación del agua.
Para construir las celdas de confinamiento, primero se excava el área y se compacta con tepetate. Luego se instala una capa de geotextil y una geomembrana plástica que impide filtraciones de lixiviados. Estos se canalizan a un sistema de tuberías para su tratamiento.
La operación de un relleno sanitario prohíbe la presencia de pepenadores. Además, exige personal certificado para el manejo de residuos y materiales de protección ambiental.
Aunque aún no se ha definido la fecha de apertura, el proyecto sigue en proceso de permisos y validaciones. Las autoridades locales revisan su viabilidad para garantizar que no represente un riesgo para la población ni para el medio ambiente.
ENRIQUE GUTIÉRREZ
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