Después de 35 años de la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el primer grupo político de izquierda en la historia reciente de México, dejará de existir.
Los resultados de los cómputos distritales de las elecciones presidenciales, Senado y Diputados no le favorecen.
De acuerdo con las reglas del Instituto Nacional Electoral (INE), para que un partido conserve su registro debe obtener, por lo menos el 3% en alguna de las tres elecciones fiscalizadas por el personal del INE a partir del conteo realizado.
Para el PRD, de acuerdo con los cómputos realizados, en ninguna de las elecciones (presidencia, Senado y Diputados), llegó al 3% de la preferencia electoral.
De esta forma, en sol azteca perderá su registro, los derechos y prerrogativas (beneficios, recursos públicos) que le eran asignados.
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La Comisión de Fiscalización designará a un interventor para el uso de los bienes con los que cuenta el partido en las 32 entidades del país.
Entre ellos la sede nacional ubicada en la colonia Roma, así como otros inmuebles registrados en la capital del país, como el de Benjamín Franklin, alcaldía Miguel Hidalgo, pasarán a dominio público.
Todas sus sedes, compradas con recursos públicos (inmobiliaria, cómputo, papelería y equipos de cómputo o electrónicos) en cualquier estado del país se pierden.
De acuerdo con los lineamientos, ninguno de los bienes adquiridos con recursos públicos se pueden vender, está obligado a saldar o pagar sus deudas con proveedores, acreedores y trabajadores, así como a pagar las multas impuestas.
ARIEL HERNÁNDEZ
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