En el transporte público, especialmente en el servicio de taxi, las responsabilidades no recaen únicamente en el conductor. En Hidalgo, diversas disposiciones del Reglamento de Tránsito establecen que el comportamiento de los usuarios también puede derivar en multas para los taxistas, lo que exige una mayor corresponsabilidad para garantizar la seguridad vial y un servicio eficiente.
Por ejemplo, si un pasajero no se coloca el cinturón de seguridad, el taxista puede ser multado con hasta $8,000 pesos, según lo estipulado por las autoridades estatales. Aunque parezca un detalle menor, el uso del cinturón es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo, y no solo una sugerencia.
Otro punto importante es el ascenso o descenso en lugares no autorizados. Algunos usuarios, por comodidad o prisa, piden bajarse en puntos peligrosos o donde no está permitido. Si el conductor accede, se expone a recibir una sanción. Esto no solo representa un riesgo de multa, sino que también puede causar accidentes o entorpecer la circulación vial.
Además, prácticas como viajar con más personas de las permitidas, dejar puertas abiertas o ceder a que los pasajeros ocupen partes no diseñadas para viajar, son infracciones graves que pueden ser evitadas con cooperación de ambas partes.
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La realidad es que tanto usuarios como taxistas deben trabajar juntos para mejorar la experiencia del servicio, evitar incidentes y reducir sanciones. Los conductores tienen la obligación de cumplir con las normas, pero también merecen respeto, paciencia y colaboración por parte de sus pasajeros.
Hacer conciencia sobre estas normas no solo evita multas innecesarias, también contribuye a generar una cultura de movilidad más segura, justa y ordenada para todos.
BERE GAMBOA
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