Hidalgo destaca en el panorama nacional al ocupar el cuarto lugar en informalidad laboral, con un sorprendente 72.9% de su población trabajando fuera de las normas laborales establecidas.
Este porcentaje refleja un aumento significativo en comparación con el primer semestre del año, lo que pone de relieve los desafíos estructurales en el estado.
Aunque la informalidad es un problema a nivel nacional, con Oaxaca, Guerrero y Chiapas liderando en índices similares, en Hidalgo la situación afecta a más de un millón de personas.
Mismas que laboran sin acceso a prestaciones, seguridad social ni ahorro para el retiro.
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Este fenómeno no sólo repercute en la calidad de vida de los trabajadores, quienes carecen de servicios básicos como créditos de vivienda.
también en la economía formal del estado, que se ve mermada por la falta de contribuciones fiscales.
A nivel comparativo, los estados del norte, como Coahuila y Nuevo León, son los que presentan los índices más bajos de informalidad, marcando una gran brecha con el sur y centro del país.
Las autoridades han reconocido la urgencia de atender este problema que impide el desarrollo laboral digno, pero los resultados han sido modestos hasta ahora.
Podrá Hidalgo revertir esta tendencia y fomentar empleos formales de calidad? Sin duda, es un reto monumental para el estado.
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