Cordero hidalguense: tradición y motor económico

Además de su valor culinario, el cordero representa una fuente de ingresos para productores locales. Su crianza impulsa empleos y preserva prácticas rurales.
En la ex hacienda El Zoquital, la cría y engorda de corderos se realiza con pastura libre. Los animales pastan al aire libre y posteriormente son alimentados con granos.
El cuidado de los corderos es esencial en las primeras etapas. Requieren vacunas, alimentación específica y protección contra ácaros y plagas.El bienestar animal se procura durante todo el proceso. Desde su alimentación hasta su sacrificio, se sigue un manejo respetuoso y artesanal.
El procesamiento inicia con el eviscerado y desmembrado del cordero. Posteriormente se define el método de cocción según la receta elegida.
En su festival, se preparó un cordero al ataúd. El método consiste en cocer la carne en una caja con fuego superior, como un horno.
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Los responsables de esta preparación provienen del Instituto Superior en Gastronomía, con sede en Pachuca, Hidalgo.
El uso de técnicas artesanales fortalece la identidad culinaria de la región. Además, promueve el comercio local y diversifica la oferta gastronómica.
El cordero es un producto emblemático en Hidalgo. Su carne es valorada por su sabor, textura y versatilidad en platillos tradicionales y contemporáneos.
BERE GAMBOA
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