¡Aleeeeerta! La palabra que retumbaba entre más de siete mil mujeres que marcharon este 8M en Pachuca para exigir el respeto a sus derechos.
Morado y verde, los dos colores que significa “lucha y logros” para las mujeres, mismos que llenaron las principales calles de la capital hidalguense.
En punto de las 17:00 horas, comenzó la manifestación donde víctimas y familiares de víctimas de feminicidio encabezaban esta marcha.
¡Justicia para Lilian! ¡Justicia para Yaz! ¡Queremos justicia para Valeria! Algunas de las consignas que continuamente gritaban familiares, con la esperanza de ser escuchados.
Caminaron todo Benito Juárez y posteriormente Avenida Guerrero, rodearon el Reloj Monumental, para encaminarse en calle Guerrero y lograr su objetivo, llegar a Plaza Juárez.
En esta ocasión, la marcha fue distinta pues la bandera LGBTQ+ y Trans se distinguía entre los colores, pues marcharon en defensa y apoyo a la causa.
Durante este camino, el llamado bloque negro dejó su rastro, un rastro que a los días es tapado por las dependencias.
Un rastro que recuerda la impunidad y el mal manejo de las leyes; sin embargo, actos que ponen en juicio la verdadera lucha.
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8M: Pachuca testigo de sufrimiento y dolor
Al llegar a Plaza Juárez, con lágrimas en los ojos una pequeña de escasos 7 años se ánimo a platicar el abuso sexual que vivió por parte de su padre, y él como hasta ahora no logran justicia. Su rostro tapado con un pañuelo verde, un rostro que solo busca mirar hacia el frente.
Valeria, la pequeña de cinco años, ella no pudo estar pero tanta gente que la ama pidió justicia a su nombre, pues su agresor sexual está impune debido a su corta edad.
Y así poco a poco fueron pasando testimonios, cada uno de ellos con dolor, tristeza y verdad en ellos, donde la justicia parece olvidar pero lo que no saben, es que “ni perdono, ni olvido”.
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