Vivir fuera de la CDMX ya no es solo cosa de jubilados, cada vez más personas entre los 30 y 50 años están haciéndo maletas y cambiando el tráfico por cafecitos en el centro de Mérida, caminatas por San Cristóbal de las Casas o algún otro lugar de provincia.
¿La razón? Calidad de vida.
En ciudades como Querétaro, Puebla o Guanajuato, los servicios son más baratos, el aire se respira mejor y la rutina baja el ritmo.
Aunque no todo es miel, hay quien extraña el caos citadino o batalla con la velocidad del internet.
Pero eso sí, muchos afirman que el cambio vale la pena, sobre todo cuando trabajan desde casa, una bendición ¿no crees?, así hasta yo quiero…
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Pero bueno, regresemos a la realidad.
Si puedes trabajar desde casa, ¿por qué no hacerlo desde una casa más grande, con jardín y renta más baja?
Claro, hay que planear: comparar costos, conocer bien la ciudad y tener una red de apoyo (aunque sea virtual).
¿La CDMX? Siempre será única, pero para muchos, la paz de provincia ya no se ve tan lejana… ni tan aburrida.
¿Te animarías a cambiarte de residencia?
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