Ser una mala persona a veces va mucho más allá de tener poca educación o valores, pues a veces se basa en algo que la psicología llama “la tríada oscura”.
Este concepto hace referencia a tres rasgos de la personalidad que provocan que una persona sea prácticamente un villano de película.
Narcisismo
El primero de los rasgos que componen al tridente de la maldad absoluta (bueno tampco es para tanto) es el narcisismo, un trastorno que se entiende como la obsesión a uno mismo y la fantasía de ejercer poder sobre los demás para que te adoren.
Psicopatía
Un escalón más arriba aparece la psicopatía, que a pesar de que nos haga pensar en los criminales más voraces de la historia como Jeffrey Dahmer o Ted Bundy no se refiere específicamente a asesinar personas.
Es decir que una persona puede ser psicópata por el simple hecho de no sentir empatía por los demás, lo que siendo sinceros sí te hace un poquito más mlavado.
Maquiavelismo
La tríada oscura no sería lo mismo sin ese factor de goce por llevar a cabo planes y ejecutar acciones que benefician tus propios intereses.
Políticos, por ejemplo, tienden a ser bastante maquiavelicos porque son cínicos hasta la médula, afectando a los demás para sobresalir.
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Y aunque esta tríada prácticamente ya define a una persona mala algunos psicólogos consideran que existe un cuarto elemento que terminaría por englobar aun más este combo malévolo.
Se trata del sadoquismo, que se entiende como la tendencia a envolverse en situaciones agresivas en busca de placer o dominación.
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