Ella sabía que no podría soportarlo, aunque quisiera tomar las piezas rotas sería difícil continuar, el amor era grande, pero la desconfianza era más y no quería sufrir.
Para ambos sería mucho porque caerían en un círculo de culpas, deudas incobrables, reproches y pleitos infinitos.
Lo que nunca hubo en su matrimonio seguro que ahora sí lo encontrarían, y no sólo ellos, sino que arrastrarían a sus dos hijos, sin duda serían quienes pagarían el precio más alto.
Algo tenía claro, en la viña del Señor nadie está exento de caer en la tentación, no hay víctimas ni victimarios.
Todos somos humanos con un cúmulo de emociones, hormonas, sentimientos, necesidades, carencias de la infancia y, por lo tanto, cometemos errores, pero ¿cuáles puedes perdonar y cuáles no?
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TOMA NOTA: No hay un lista de errores perdonables o imperdonables, lo importante es el autoconocimiento para identificar qué situaciones puedes tolerar y cuáles no.
No hay bueno ni malo, esto depende del “medidor interno” de cada persona, es valido perdonar y regresar como si nada hubiera pasado, pero también es de sabios aceptar que el ciclo terminó, y elegir rediseñar tu vida con todo y tu nuevo paquete, aún con el dolor que conlleva.
¿Tú qué harías, sufrir o resurgir?
CLAUDIA FRANCO
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