Conoce la historia del primer y único perro que fue venerado, se trata de San Guinefort, su culto fue prohibido por la iglesia católica.
Se desconoce el origen exacto de este perrito, pues hay versiones hechas por monjes dominicos, historiadores y poetas.
Todas coinciden en el acto heróico que le ganó la devoción de muchos desde la era medieval hasta la mitad del siglo XX.
San Guinefort, el santo perrito guardián de los niños
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Guinefort pertenecía a un caballero que vivía en un castillo cerca de Lyon, un día, el caballero salió de caza y dejó a su hijo pequeño al cuidado del perro.
Cuando regresó, no encontró al bebé, sólo a Guinefort con el hocico lleno de sangre y exaltado, sin dudarlo, le quitó la vida al perro en venganza por haber matado al bebé.
En ese momento el niño lloró y fue encontrado por su padre, junto con una serpiente mordisqueada enredada entre las sábanas.
Los pobladores, vieron al perrito como un mártir, desde ese momento, ese perrito se convirtió en San Guinefort.
Fue un “santo” al que recurrieron miles de madres con hijos enfermos o en peligro.
La iglesia católica prohibió el culto a este animal, pero los pobladores incrementaron su fé hasta mediados del siglo XX.
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