¿Alguna vez te has preguntado qué tipo de piel tienes? Pues es súper importante saberlo, porque usar los productos adecuados puede hacer maravillas por tu rostro. No te preocupes, aquí te dejamos unos trucos fáciles para descubrirlo.
1. El truco del agua
Este es el método más fácil y rápido. Solo necesitas lavarte la cara con un limpiador suave y luego no pongas nada más, ni cremas ni sérums, deja que tu piel se seque al aire durante unas horas y checa a detalle lo siguiente:
- Piel seca: Si sientes que tu piel está tirante, como si te picara o te desescamara, probablemente tienes piel seca. La piel seca suele tener menos grasa y puede sentirse áspera.
- Piel grasa: Si al tocar tu rostro notas brillo en la zona T (frente, nariz y mentón) y se te ve un poco aceitoso, ¡tu piel es grasa! Este tipo de piel produce más sebo y puede tener poros más grandes.
- Piel mixta: ¿Tienes zonas secas y otras más brillantes? Si tu piel es seca en las mejillas y más aceitosa en la zona T, lo más probable es que tengas piel mixta.
- Piel normal: Si después de unas horas tu piel no se siente ni seca ni grasa, ¡enhorabuena! Tienes piel normal, equilibrada y con poca o ninguna irritación.
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2. ¿Cómo reacciona tu piel al clima?
La piel también puede cambiar según el clima. Si en invierno te sientes muy tirante y en verano brillas más de lo normal, puede que tengas una piel mixta o grasa. Si te notas siempre seca, es más probable que tu piel sea seca.
3. Observa tus poros
Si tienes poros más visibles y grandes, tu piel puede ser grasa. Si son pequeños, ¡probablemente tengas piel normal o seca!
Ahora que sabes cómo identificar tu tipo de piel, es hora de usar los productos adecuados. No olvides que cuidar tu piel es clave para mantenerla saludable y radiante.
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