Con el aumento de las temperaturas, la exposición al calor extremo se ha vuelto más peligrosa, y elegir la ropa adecuada se vuelve esencial para protegernos.
Aunque se cree que la ropa blanca es más fresca porque refleja la luz, la ropa negra absorbe más calor, lo que parece hacerla menos adecuada en climas cálidos.
Sin embargo, la clave está en cómo la ropa interactúa con el calor corporal.
Los colores claros, como el blanco, reflejan la luz solar, lo que reduce la cantidad de calor que se acumula en la prenda.
No obstante, la oscura tiene la ventaja de absorber el calor emitido por el cuerpo, lo que, si hay algo de viento, permite que el calor se disipe por convección, ayudando a mantener la temperatura corporal estable.
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La elección entre clara u oscura depende de las condiciones específicas
Si estás bajo el sol directo sin viento y con ropa ajustada, los colores claros son mejores.
Sin embargo, si hay algo de aire o si llevas ropa holgada, la ropa oscura puede ser más efectiva para regular el calor corporal.
Además, el tipo de tejido también es fundamental. Materiales naturales como el algodón o lino permiten una mejor circulación del aire y ayudan a mantenernos frescos, mientras que los sintéticos como el poliéster atrapan el calor.
Al final, lo más importante es adaptarse al clima y usar algo que facilite la transpiración y disipación del calor.
DIEGO LEIZA
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