Trabajadores de un refugio en Rusia rescataron a un gato que pesaba nada más y nada menos que ¡17 kilos!
Este michi llamado Kroshik vivía en un hospital donde trabajadores lo alimentaban con puras galletas y sopa, lo que hizo que rápidamente llegara a este impresionante peso.
Aunque los empleados del centro médico no tenían malas intenciones al darle tanto alimento, su amor terminó por ser nocivo para el gato, pues llegó el punto en el que no podía ni siquiera moverse.
“La historia de Kroshik es un caso extremadamente raro de alguien que amaba tanto a un gato que lo alimentó hasta dejarlo en ese estado”, explicó un portavoz del refugio Matroskin a medios locales.
Los veterinarios del refugio que lo rescataron tuvieron que someterlo a una dieta muy estricta, pues su mórbido peso impedía hacerle incluso una lectura ecográfica.
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Ahora Kroshik tendrá que despedirse de la comida chatarra si quiere llegar a su peso ideal en los próximos meses, que se supone es de 4 kilos y medio.
Aunque las imágenes puedan resultar hasta cierto punto tiernas y graciosas lo cierto es que esta historia nos recuerda que debemos cuidar muy bien la alimentación de nuestras mascotas.
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