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El día que Pepsi prometió regalar un avión militar (y terminó mal)

En la década de los 90´s, Pepsi se metió en un problema muy grande tras una publicidad bastante engañosa

La publicidad está llena de historias extrañas, pero pocas tan surrealistas como la vez que Pepsi, en su intento por atraer consumidores, terminó en un escándalo legal por supuestamente regalar un avión de combate militar.

En los años 90, Pepsi lanzó una campaña llamada “Pepsi Points”, en la que podías acumular puntos al comprar sus productos y canjearlos por premios. Desde camisetas hasta mochilas, la idea era sencilla: mientras más Pepsi bebieras, más puntos conseguías para reclamar recompensas.

En un comercial de televisión, Pepsi mostraba de forma cómica a un adolescente aterrizando en su escuela con un avión militar Harrier Jet, un caza valorado en aproximadamente 23 millones de dólares, el cual podrías obtener con 7 millones de Pepsi Points.

Aunque claramente parecía una broma por la gran cantidad de puntos solicitado, el comercial no lo aclaraba, y por supuesto no faltó la persona que se lo tomó en serio.

El hombre que quiso su jet

Un joven llamado John Leonard vio el comercial y decidió que quería su avión. Pero en lugar de gastar millones de dólares en latas de refresco, encontró una “falla” en las reglas de la promoción, la cual permitía a los participantes comprar puntos adicionales por 10 centavos cada uno.

Leonard hizo cálculos y consiguió inversionistas para recaudar los 700,000 dólares necesarios para comprar los 7 millones de puntos.

Pepsi

¿Qué hizo Pepsi?

La famosa marca no tardó en responder, pero no de la manera que Leonard esperaba, pues la compañía rechazó su solicitud.

Sin embargo, Leonard no se rindió y decidió demandar a Pepsi por incumplimiento de contrato, argumentando que el comercial era una oferta legítima.

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¿Cómo terminó todo?

El caso llegó a la corte y, después de mucho debate, el juez dictaminó que el comercial no podía interpretarse como una oferta seria. Según el tribunal, ningún espectador razonable creería que la compañía realmente entregaría un avión de combate como premio.

Aunque Leonard perdió el caso, la historia se convirtió en un de los riesgos de la publicidad creativa y cómo las marcas deben tener cuidado con lo que prometen.

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