Uno de los problemas más recurrentes que se enfrentan durante los primeros meses del matrimonio es dormir con la pareja.
Y es que no todos se logran adaptar a los ronquidos, el insomnio y hasta los pedillos que el esposo o esposa comete involuntariamente durante la noche.
Es por eso que en los últimos años ha surgido la idea del divorcio del sueño, una práctica que cada vez es más común en todo el mundo.
¿De qué trata? Muy sencillo, las parejas duermen en habitaciones separadas con tal de mejorar la calidad en el descanso.
Así ya ninguno tiene que preocuparse por molestar al otro sin querer queriendo durante la madrugada, propiciando una buena calidad de sueño para ambos.
En otras épocas esto se hubiera visto como un atentado contra la intimidad y la conexión emocional, pero hoy en día es todo lo contrario.
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De hecho, parece que el divorcio del sueño mejora la relación marital, pues trae consigo importantes beneficios fisiológicos y mentales.
Aun así, cada pareja es distinta, y solo queda en cada una de ellas determinar qué hábitos son los mejores para continuar con un matrimonio feliz.
¿Sabías qué…? Se piensa que en la Antigua Roma las parejas tenían una cama reservada para la intimidad física y las conversaciones importantes, retirándose a dormitorios diferentes a la hora de dormir.
AXEL LOPEZ
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