
Hubo un tiempo en que los asientos de los aviones eran talla única y casi todos cabían sin problema. Hoy, con el espacio cada vez más reducido y el sobrepeso en aumento, volar cómodo se ha convertido en un lujo para muchos.
Más de 1,900 millones de adultos tienen sobrepeso y 600 millones son obesos. Esto ha puesto a las aerolíneas en un dilema.
¿Cómo equilibrar comodidad, costos y derechos de los pasajeros sin convertir cada vuelo en una batalla por el espacio?
Volar debería ser un derecho, no un castigo
El mes pasado, el abogado italiano Giorgio Destro demandó a Emirates porque un pasajero obeso invadió su asiento durante un vuelo de nueve horas.
¿Su prueba? Un selfie que mostraba cómo el brazo de su vecino rebasaba los límites de su asiento.
Para muchos, este caso refleja un problema real, los aviones no están diseñados para todos los cuerpos. Peggy Howell, de la Asociación Nacional para la Aceptación de la Gordura (NAAFA), señala que las aerolíneas deberían adaptarse a sus pasajeros, no al revés.
“Las personas vienen en todas las formas y tamaños, y todos merecen viajar cómodos”, dice Howell.
¿“Tarifa de gordos” o una excusa más para cobrar de todo?
Algunas aerolíneas han implementado políticas que obligan a pasajeros con más peso a comprar dos asientos para garantizar su comodidad y seguridad.
En algunos casos, si el vuelo no va lleno, les reembolsan el segundo boleto.
Pero Samoa Air llevó esto al siguiente nivel con su controvertida “tarifa por peso”, donde los pasajeros pagan según los kilos que marcan en la báscula, incluyendo el equipaje.
Chris Langton, director de la aerolínea, defiende esta medida: “Un kilo es un kilo. ¿Por qué alguien de 70 kilos debería pagar lo mismo que alguien de 140?”
La pregunta es: ¿esto es una estrategia justa para equilibrar costos o simplemente otra forma de sacarle más dinero a los pasajeros?
Peso vs. costos: ¿Realmente afecta tanto?
Las aerolíneas insisten en que el peso extra significa más consumo de combustible, pero ¿cuánto impacta realmente?
Luke Jensen, del MIT, explica que en un vuelo de Boston a Denver, 20 kilos extra solo representan entre $3 y $5 dólares más en combustible. Entonces, si el sobrepeso no dispara los costos, ¿es realmente necesario cobrar de más a ciertos pasajeros?
¿La solución? Diseñar aviones para todos
Algunas empresas ya están buscando soluciones. En 2015, la firma alemana SII Deutschland presentó el “SANTO Seat”, un asiento más ancho pensado para personas con sobrepeso y familias con niños.
Airbus también está explorando la idea de bancas reconfigurables, que permitirían adaptar el espacio según el tipo de pasajero.
Mientras tanto, los viajeros deben lidiar con el espacio reducido y elegir sabiamente sus asientos. ¿La mejor opción?
Buscar lugares en el centro del avión, donde suelen ser más amplios.
TAMBIÉN PUEDES LEER: ¡Se prendió el clásico! Otamendi y Raphinha se tiraron con todo
DIEGO LEIZA
Si quieres enterarte de más, síguenos en Facebook, YouTube o bien en TikTok.