Si creías que los aliens solo estaban interesados en abducir vacas o hacer figuras en campos de trigo, espera a conocer la historia de José Carmen García, un campesino mexicano que en los años 70 juró haber recibido instrucciones de seres del espaciO para sembrar hortalizas gigantes.
Originario de Valle de Santiago, Guanajuato, don José se volvió toda una leyenda cuando empezó a cosechar acelgas del tamaño de una persona, rábanos que pesaban más de 40 kilos y coliflores tan grandes que necesitaban ayuda para cargarlas. Su secreto era una supuesta fórmula cósmica enseñada por alienígenas.
¿Agricultura intergaláctica?
De acuerdo con su relato, estos seres no solo le dieron instrucciones de siembra, sino que también le enseñaron a utilizar el calendario astrológico para saber exactamente cuándo plantar cada semilla, como si cada una tuviera su propia carta natal.
La idea era que, al sembrar bajo ciertas condiciones astrales, las plantas no solo crecerían más, sino que también absorberían una energía especial del universo. Y, según sus resultados, algo estaba funcionando.
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¿Un milagro de los aliens?
Intrigado, el gobierno federal decidió probar la famosa fórmula en sembradíos de Tamaulipas, pero los resultados no fueron tan espectaculares como en Guanajuato. Investigadores como Luis Ruiz Noguez concluyeron que el tamaño exagerado de las verduras se debía más a técnicas de sobrehidratación, que a intervención extraterrestre. Es decir, más agua y menos nutriente, aunque bastante sorprendentes.
El experimento quedó archivado, pero la historia sobrevivió en el imaginario popular. Hoy, las verduras cósmicas de Valle de Santiago siguen siendo un ejemplo perfecto de la eterna combinación entre ciencia, fe, y una historia bastante fumada de ciencia ficción.
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