Cada año, se tiran al suelo más de 4.5 billones de colillas, y lo que pocos saben es que son uno de los desechos más contaminantes del planeta.
Tardan hasta 12 años en degradarse y liberan metales pesados como arsénico, cadmio y níquel, que terminan en ríos, suelos y hasta en nuestros alimentos.
Aprovechan los desperdicios de colillas
Un grupo de investigadores del Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT) en Australia encontró una solución tan ingeniosa como necesaria: crear ladrillos ecológicos con colillas recicladas y arcilla.
¿El resultado?
Un ladrillo más ligero, con mejor aislamiento térmico y que necesita 58% menos energía para fabricarse.
Y lo mejor, durante la cocción, los tóxicos se eliminan y los metales pesados quedan atrapados, evitando que lleguen al medio ambiente.
Con solo 1% de colillas en la mezcla ya se reducen costos y contaminación, pero el equipo ya estudia si con un 2% se puede ir más lejos sin perder calidad estructural.
¿Te imaginas vivir en una casa hecha con lo que antes envenenaba el planeta?
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DIEGO LEIZA
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