CNDH inicia investigación por muerte de magistrade

La CNDH cuestiona la muerte de Ociel Baena, y pide que se realice una investigación pronta, exhaustiva y con perspectiva de derechos humanos.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), abrió una queja por la muerte del magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo y Dorian Daniel Nieves Herrera.

Al informar sobre la investigación, el organismo pidió a la Fiscalía de Justicia del Estado de Aguascalientes, una investigación pronta y exhaustiva en la que no se ignore la condición de género y las amenazas previas recibidas hacia Ociel Baena.

También, exhortó a las autoridades y a la sociedad en su conjunto para abstenerse de realizar expresiones de discriminación, prejuicio y odio hacia las personas de la comunidad LGBT+.

Para la Comisión es inadmisible que los decesos ocurrieran en el contexto de diversos señalamientos realizados desde meses atrás en contra de le magistrade Baena Saucedo, quien hace apenas unos días volvió a recibir en redes sociales una andanada de comentarios y publicaciones homofóbicas y discriminatorias, incluyendo frases intimidatorias y amenazantes en su contra por la publicación de una fotografía suya.

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En un comunicado aseguró que el país está lejos de erradicar los prejuicios y estigmas asociados a las personas de la comunidad LGBT+, principalmente ocupan un cargo público o de elección popular.

La CNDH asegura que el caso de la muerte del magistrade no es un hecho aislado en Aguascalientes, porque previó al crimen recibió amenazas constantes por defender su identidad de género.

Para la CNDH la investigación “obliga el estándar de debida diligencia, aplicable cuando pudieran existir dudas acerca de qué se trata de delitos que se cometen en razón de la orientación sexual, identidad de género, expresión de género -real o percibida- y/o respecto a las características sexuales de las personas, toda vez que pueden constituir una expresión de odio”.

Agregó: “es necesario, sobre todo, asumir que si bien los climas no matan, sí generan condiciones y entornos favorables a conductas de personas específicas, o peor aún, encubren mecánicas violatorias de derechos humanos y francamente delictivas, por lo que es indispensable esclarecer insospechadamente los hechos y descartar, con transparencia y seriedad, cómo se desarrollaron”.

Ariel Hernández

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