Tener un gato en casa no sólo es una alegría para el corazón, sino también para la salud física y emocional.
Estos felinos peludos son expertos en reducir el estrés y la ansiedad.
Su ronroneo tiene efectos calmantes que pueden bajar la presión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además, acariciar a un gato puede elevar los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores que fomentan la felicidad y el bienestar.
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En el aspecto físico, la compañía de un gato puede motivar una mayor actividad física a través del juego, lo que favorece una vida más activa y saludable.
Los gatos también pueden ser una excelente compañía, combatiendo la soledad y proporcionando una sensación de propósito y rutina.
La interacción diaria con ellos, como jugar o simplemente observar sus travesuras, estimula la mente y puede mejorar la calidad del sueño.
En resumen, los gatos no sólo aportan alegría y diversión, sino que también actúan como un bálsamo natural para la salud mental y física, convirtiéndose en compañeros invaluables en nuestra vida cotidiana.
¡Feliz Día del Gato!
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