David Lynch es probablemente uno de los mayores genios en la historia del cine, pues su estilo absurdo y fuera de cualquier regla convencional hicieron que marcara una tendencia absoluta entre el público.
Ver sus películas es como sumergirse en un profundo sueño, donde nada tiene sentido, pero todo parece encajar de algún modo por muy extraño que parezca.
Lynch, fiel creyente de la meditación trascendental, dejó en claro con cada uno de sus proyectos que el cine no se entiende, se siente.
Es por ello que a continuación te presentamos tres películas que definieron por completo su calidad y estilo, que nunca nadie más igualará por mucho que lo intenten.
Mulholland Drive
Drama, tensión y un ambiente por demás onírico son los elementos que acompañan a todo Mulholland Drive. Personajes ambiciosos que se abren paso entre la penumbra para darse cuenta de que nada es lo que parece.
Eraserhead
Un joven David Lynch debutaba en el cine sin saber que se convertiría en toda una leyenda. Según el mismo es su película más personal, en la que el amor, la fantasía y los delirios convergen para dar al espectador una película que deja sensaciones extrañas, pero igualmente satisfactorias.
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Blue Velvet
Pasional, intensa y por momentos aterradora. Blue Velvet es un misterio sin igual dentro del cine. Cada escena es prácticamente una revelación, y cada una de ellas es también la muestra de cómo cosas tan ajenas pueden funcionar a la perfección cuando se les acomoda de la manera correcta.
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