La noche fue larga y gris en el Bernabéu. El Arsenal apagó la última llama de esperanza blanca con un 2 a 1 para el Real Madrid que dolió como puñalada en el corazón merengue.
No hubo épica, no hubo remontada, no hubo magia. Sólo un silencio sepulcral en las gradas y una sensación de fin de ciclo que nadie quería aceptar.
Sí, señores, el Real Madrid quedó fuera de las Semifinales de Champions. Y eso no solo duele en la capital española… duele en todo el fútbol.
Porque una Champions sin el Real Madrid el Rey de Europa no sabe igual. No brilla igual. Le falta alma. Le falta historia.
Carlo Ancelotti, el míster de las tres Orejonas, cerró su última página en esta edición con un equipo que se vio superado por la intensidad y el orden de los Gunners.
Mientras Saka y Martinelli bailaban en la defensa blanca, Mbappé se iba tocado, y Vinicius y Rodrygo se perdían entre intentos sin destino. Triste, pero justo.
¿Es el fin del Real Madrid? ¡Ni de broma! Esto es solo una pausa. Porque si algo sabe hacer este club es resurgir entre cenizas. Si algo sabe el Madrid es cómo volver más fuerte.
La próxima temporada habrá revolución, caras nuevas y un nuevo aire. Porque los gigantes duermen… pero no mueren.
Prepárense, Europa. El Madrid caerá, pero siempre vuelve.
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DIEGO LEIZA
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